SEO (y arquitectura) en Nueva York
Para empezar, a mí Nueva
York no me sorprende.
Quiero decir, tiene
aspectos que me llaman la atención, pero sin llegar a la categoría de la boca
abierta, los ojos de pulpo a la gallega y la expresión del que no ha visto
nunca un castillo de fuegos artificiales, con el correspondiente y previsible
“¡Miraaa! ¡Jo, tía! ¡¡¡Oooohhh!!!” …
No, ese no es mi caso.
Igual soy un engreído arrogante con fobia social, igual es debido a la globalización,
o tal vez es la suma de ambos factores: soy un engreído arrogante con fobia
social globalizado. Ahí no podemos hacer nada, aún no se han descubierto las
pastillas que hagan crecer la hormona del gregarismo...
Tras
esta introducción –y si todavía, amable lector, continúas cómodo en estas
líneas, donde el sarcasmo es omnipresente– tengo muy buenos recuerdos de la
ciudad del Hudson, y es que, siguiendo la máxima de Epicuro, “quien un día se
olvida de lo bien que lo ha pasado se ha hecho viejo ese mismo día”. Y no es
que me preocupe hacerme viejo –contra
eso no hay nada que hacer; por mucho que te operes, las arrugas no pueden
esconderse y se acumulan en las blandas y mantecosas intimidades–; no, lo que
me mueve en este momento es el deseo de compartir SEO y arquitectura... Así que vamos allá.
Es evidente que Nueva York alberga apabullantes obras de ingeniería arquitectónica; y esto que acabo de escribir con tanta alegría -"ingeniería arquitectónica"- es prácticamente un oxímoron. Pero en el caso de Nueva York es así.
Digo "ingeniería", porque necesaria e imprescindible es la planificación, organización, programación, dirección y control de la construcción y el montaje de un programa arquitectónico; la ingeniería provee los conocimientos científicos y tecnológicos para la innovación, desarrollo y mejora de técnicas que satisfarán las necesidades del mencionado programa.
Y, por otra parte, digo "arquitectura" porque es esta rama de las Bellas Artes la que coordinará, como en una orquesta, el equipo completo que intervendrá en la construcción, para conseguir que se cumplan las necesidades del cliente y la integridad del proyecto, además -y me atrevería a decir que sobre todo- de tener muy en cuenta la interacción humana con el resultado "físico" de la construcción final.
En Nueva York podemos encontrar ejemplos muy significativos de esta simbiosis entre ingeniería y arquitectura. Pondremos solo un ejemplo: el museo Guggenheim, en el Upper East Side, ese edificio en forma de tronco de cono invertido diseñado por Frank Lloyd Wright, quien, al recibir el encargo para su construcción, vio la oportunidad de experimentar su característico estilo en el entorno urbano.
La apariencia del museo Guggenheim contrasta tremendamente con los edificios típicos geométricos y rectangulares de Manhattan que lo rodean, un hecho previsto por Wright, quien designó asimismo un significado simbólico a las formas del edificio, declarando que "las formas geométricas sugieren ciertas ideas humanas, estados de ánimo y sentimientos… por ejemplo: el círculo, el infinito; el triángulo, la unidad estructural; el espiral, el proceso orgánico; el cuadrado, la integridad”.
Bien, muy bonito todo esto... Pero ¿y el SEO? ¿No íbamos a hablar de "SEO en Nueva York"?
Cierto, así es. Íbamos y vamos. Porque en Nueva York, y más concretamente en la 8ª Avenida, nos encontramos con una de las sedes principales de Google, el conocido como "Google's Chelsea Office Space", en un edificio de estilo Art Déco que ocupa una manzana completa.
Y si nos arrimamos al "calor de Google", podemos descubrir cosas que tienen más que ver con la "arquitectura SEO" que con la "ingeniería" ídem. Porque Google ya da por hecho que todos los profesionales del SEO conocen la ingeniería de la optimización -si no la conocen, mal vamos-, por lo que el principal valor añadido para conseguir salir en buscadores por delante de la competencia es el trabajo arquitectónico en el diseño y creación de una marca online. De este posicionamiento derivará de forma natural el reconocimiento del nombre o notoriedad de marca, que como sabemos es la capacidad potencial que tiene el público para reconocer o recordar la marca y su promesa.
¿Qué recomienda, pues, el amigo Google desde su sede en el 111 de la 8ª Avenida?
Pues, en principio, romper con tres creencias sobre el SEO:
2. La gestión de la Arquitectura SEO no se limita a la optimización de una web en buscadores. Aunque la optimización técnica y su planificación son un ámbito de decisión importante, no son los únicos que comunican información al público y al resto de agentes implicados. Todas las decisiones de la marca -el precio, la distribución, la reputación social- transmiten contenidos a los receptores y forman parte del SEO moderno. Para conseguir una comunicación coherente, es necesario integrar todos los instrumentos en una misma visión y misión estratégica de la organización.
3. Los objetivos de la Arquitectura SEO no siempre son objetivos de ventas. En la gestión de un posicionamiento holístico podemos trabajar en muchos casos exclusivamente sobre las relaciones con un colectivo, nuestra imagen el en mercado, informar sobre cambios, alcanzar a públicos de interés estratégico y/o social, etc.
La Arquitectura SEO ha de retomar, pues, el papel de la Arquitectura / Arte, al contemplar el "todo" de un golpe de vista y tener amplios conocimientos de las disciplinas integradas en la comunicación para coordinarlas, negociar con cada una de ellas, elaborando y consiguiendo la síntesis perfecta que dotará de personalidad, autoridad y notoriedad máxima a una marca en ambos lados del mundo online.
¿Ambos lados? Sí. Recordemos que los cambios en los hábitos de vida han puesto en valor al ciudadano, favoreciendo que la ambición por conocer y descubrir tenga su expresión máxima. Esta nueva actitud traspasa lo digital y condiciona a las personas en el mundo real. Ahora, el acceso a la información a través de Internet deja de ser una suerte o privilegio para pasar a convertirse en un derecho. Incluso la UNESCO considera el acceso a la información como “un pilar para la libertad de expresión y la diversidad lingüística”.
Vamos... que "hacer que salgas el primero en Google" es, únicamente, la punta del iceberg, del mismo modo que Nueva York es mucho más que su "skyline"... aunque a mí no me sorprenda.
© Eugeni R. García Orts
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